agosto 15, 2007

20.5 (No hay palabras)

De ella, podría escribir versos tristes
o alegres, incluso halagadores
podría escribir por ejemplo

Cuan doloroso es verla caminar
y sentir sus pasos retumbar en todo el cuerpo
en un sonido agonizante
y una voz cruel que emana la tez insípida mía
la veo desde lejos y nos pájaros que canten
y no hay sol que brille por encima de mi miseria

o podría hacer notar lo feliz que soy sin darle un beso
así

mientras se acerca la música pierde el frío
me desarmo y cabo una fosa
en la cabecera una flor
de epitafio cada pétalo
gritando a los caminantes
¡cuanto la quiero en mis sabanas!
cuantas manchas personifico en mi cama
cuanto la amo, por un beso
y cuantos payasos mataría por que no tienen derecho de reír
en su presencia.

Escribirle por trazar algo en el papel:

que el sol sucumbe como un fósforo en un diluvio
las flores se marchitan a su paso
y el suelo ofrece un soplo
para crear una alfombra de aire a sus pies de ébano
así la naturaleza misma concentra la belleza que creó
y cada mujer desaparece como mujer alrededor.

Pero la verdad los versos son molestos
son molestos cuando está cerca
cuando está lejos son inútiles
cuanta palabra se atreva a dejarse caer desde unos labios
se estrella en el suelo
por que para cuanto se diga, cuanto se escriba
cuanto se piense por esta mujer
se mueve en otro sentido
en otro lugar.

En un sueño de celuloide
de pantallas bicoloridas
en una catedral en medio de la misa
cada percepción de la vida
cabe en el silencio.

Y no hay más razón
ni más palabras que decir o escribir
ni sutiles ni marchitas o flores suficientes
nada más no hay palabras.

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