septiembre 09, 2007

Algun día.

No me acuerdo del lugar
ni de su nombre
porque los tengo tan frescos
que no los quisiera recordar.


huyo, rápido, perseguido por sus piernas
viene el sol y mis dedos
no son tan grandes
para poder cubrir esa verdad
que es como una cobija pequeña
y en la noche no te cubre bien los pies
incomoda, no importa cuanto
la muerdas, jales, golpees,
nunca te dará calor, nunca te abrazará.

si algún día la viesen,
tendida al sol que le va tan bien
que la baña con más gracias que si bañara yo
digan le que algún día, cuando quiera

septiembre 04, 2007

(Mi señora)

Para su partida le hubiese pensado mil palabras y diez mil maravillas
pero no se las dije
le hubiese cosido un guisado de sueños, media tonelada de flores
pero si no me piensa como yo a ella
¿que logré?
más que un recuerdo entumecido por alcohol a flor de piel
que duele con un hueso partido
como una mañana sin ella.

Predigo un llanto de dolor
un cuarto para las ocho, un día sin ganas, una madrugada sombría
y cerró la puerta, degollándome,
con sus pasos al unísono de ellos, un chorro de sangre
tun, tun, tun, se me fue la vida yendo en gotas
paso, paso, paso, de ella, mi señora
alejándose como si fuera a volver
tan segura como la mañana
tan frágil, como mis suspiros.

y entre todo lo que podría mirar
tres árboles, dos edificios, cien autos, un tren interminable
miro la precensia de su ausencia, miro la figura que me falta
el pelo corto que no se enredó en mis dedos
la cintura chica que no podré sostener al tiempo del café
y la sigo buscando, de vuelta a casa, y si la encontrase
no le diría nada, por cobarde, por miedo, a no volverla a ver.

septiembre 02, 2007

De café quiero........

vaya que si me he tomado cafés en la vida y en distintos lugares, incluso países, pero siempre a la 1 y 30 estará el mejor café de mi vida.

Fue un viernes, pero para ser más explicito, les voy a explicar primero que es un café para mi, la bebida puedes tomarlo, solo, acompañado, en medio de un mar de gente, en una cafetería, en un bar, si, de acuerdo pero un café, en el sentido cual nombro acá consiste en una experiencia, de esas que cantas cuando te sientas en una mesa con viejos amigos y algún que otro primo, bueno hecho esto:

EL CAFÉ DE MI VIDA (incompleto).


Como les dije, estaba en el trabajo, un viernes, antes de no volver a verla a las 7:30 de la mañana nunca, y decidí darle la sorpresa que le tenia planeada para el próximo martes, una docena de tulipanes, eso fue lo que provocó mi plato fuerte del día, verla sonriendo ferviente, apenada, incomoda, cuando le confesé en entera sobriedad que me gustaba como para cuñada de mi hermana, que más podría decirle, para nadie era secreto, ni para ella, y verán, Lara es una mujer fascinante, no solo tiene una belleza única, a pesar de su hermana melliza, si no que no es algo extravagante, nunca trinaría al lado de Britney Spears o Cristina (a eso me refiero) o sea, que no me despierta el apetito sexual al verla caminar, ni tiene curvas estrepitosas, su belleza radica en sus ojos, en sus grandes iris y sus pupilas chicas, en el gesto que hace al reír y cuando se sorprende, tiene un rostro más que angelical, SAGRADO, con la fineza del gentilicio francés y el color de latinoamerica y siempre tiene una historia que contar, siempre tienen una opinión que yo no veía venir, tiene un juicio casi infalible y un aplomo envidiable, ella es un estimulante más poderoso que el café en sí (bebida).

Este café (historia) comenzó con su sonrisa apenada, con el agasajo que no se pudo contener para sí, si no que lo externa en estas expresiones que considero el café de mi café y como todo café de tertulias, se debe acompañar con alguna creación respostera si no seria incompleto.

LA REPOSTERÍA.

Yo quería un beso y si tan solo sus párpados fuesen más anchos, tal vez hubiese podido ver su mirada dirigida a mis labios y saltarle cual guepardo a gazela, cual pez grande a pez pequeño y arrancarle a voluntad el sabroso y pertinente beso que deseo tanto incluso hoy domingo, un beso que me incompleta el final de hollywood que tanto deseo en mi vida, un beso que me incompleta el café por nunca haber existido, un beso que al momento de verla se lo arrancaré sin misericordia antes de que suelte la primera palabra y si lo rechaza, vaya que mal me sentiré por que la quiero como si la conociera de una vida y que me ha mantenido despierto más tiempo que un libro.

Y en fin les diré, brindo por este café, por que ha sido el café sin punto y final en mi vida, me trajo unos dedos quebrados, un instante para recordar, una café incompleto y un corazón errante, en espera de lo que queda por venir.