septiembre 24, 2012

Narración de insomnio enamorado.

Se me dificulta pensar, ella invade cada pequeño recoveco de mi cerebro, tengo su voz impresa en el estribo, yunque y martillo, creando un estado de excitación extrema en combinación con un latente y tenue dolor de cabeza por dolor de muelas, taladrante y chillón, se convierte justamente en eso, un dolor de cabeza y un voltear en la cama sin fin, comienzo una batalla a muerte con mi voluntad mientras la noche abraza suavemente mi cuerpo como sabana fría y corta, la cual ya no quiere estirar y la puedo morder, jalar, patear y envolver y nunca me cubre los pies, estoy en cama, feliz, dientes limpios, sonriente, enamorado e incómodo. La noche sigue, sigue lento y me atormenta con una bi polaridad exquisita proporcionada por mi, me enamoré y me enoja.

Mi televisor no enciende, debato sobre su razón de existir, si no enciende no puede entretenerme, si no me entretiene, no sirve, si no sirve, no existe, concluyo luego de un arrebato de ira que estaba equivocado, después de una patada descalzo, la moléculas juntas de la sólida pantalla me prueban su existencia con un grito desolador de presencia, duele el pie y eso distrae la sangre de mi erección, ahora bien, se me olvida ella, hasta que la volví a nombrar ahora, hasta que vuelvo a escribir, luego de revisar cada falange y metatarso. todos completos, miro el reloj y soy testigo de un hecho maravilloso, el tiempo no se ha detenido, si caigo dormido en este instante podría dormir poco menos de cinco horas en total, lo he calculado con una pericia envidiable, imbécil, las mariposas no se calman,siguen dando vueltas. Me ponen de pie y en la cocina. 

El refrigerador le da ese sentido de vacuidad a esa habitación se ha vuelto una costumbre, tengo ansias, como, debo matar tiempo, como, quiero comer, como, estoy leyendo y entre bocados se hace mas difícil seguir el hilo de la "maphia y las intermitencias de la muerte".Vuelvo a la cama, siempre ha sido mi mueble favorito, falta ella, vuelve rápidamente con astucia a mi mente, provee de un detalle gráfico que me provoca morderme el labio inferior, doy las gracias y batallo con la sabana de nuevo. fin del párrafo y mitad de la noche. 

Los pensamientos apocalípticos y catastróficos no tardan en hacer presencia entre ellos imagino una falla en el fluido eléctrico, se acaba la música en la computadora y lo último que puedo ver es el destello en colores inversos de un botón de guardado que ya no está allí, me sentencia a una irresponsabilidad, me quedo quieto un momento, tratando de aislar el ruido que provoca mi mano tosca contra la sabana quien me ha dado guerra la noche entera, me permito el silencio solemne, profundo e interrumpido por una gota proveniente del grifo de la cocina, este golpea como un gong, lastima el tímpano es un golpe seco al pómulo derecho, se cierra el ojo y se llenan de sangre los parpados, la erección se disipa de nuevo, se dejan acariciar por tonos morados y verdes, no se puede ver el amanecer. Ella no viene más, no logré dormir.    

septiembre 21, 2012

Creación espontánea de un día cualquiera.

Es temprano y el olor a café invade los pasillos blancos de la universidad y esto me confunde pues no puedo decidir entre poner fin a mi adicción, recién adquirida al ocio o despertar un hambre por el “gustico” de mi tierra amada llena de mujeres delgaditas de cintura, cierro mis ojos con el fin de truncar la confusión intrínseca impulsada por el aroma a un tueste robusto y pienso en esa mujer, imaginándola cual estatua en medio de un jardín floreado en nochecita adentro, cerca de la entrada a la universidad que está lejos de ser mi “alma mater “, quien imponentemente amedrenta con quitarme el sueño pues tiene ojos aún más rubios que sus cabellos trenzados con filo de cuchillo y una frente tan alta que no la alcanzaría con escalera.


De pronto el día pasaba rápido antes del zenit, cuando almuerzo a los pies de ella y su cincelado cuerpo de mármol y granito.

Llega el almuerzo, caliente, el de ella lo está más o por lo menos así lo delata la cantidad de vapor que emana de su plato y se cruza con un irrespeto evidente en mi campo de visión el cual me gusta pensar que ella comparte la mayoría de las veces , yo continúo mi vida, a estas alturas del sol, un poco menos confundido, pero ahora me cuesta no posar una rodilla en la mesa y mojarla en la salsa de lo que sea que estaba comiendo para perder la razón en un beso desesperado mientras le rezo a San judas Tadeo, por mi causa perdida y sea un beso no solo desesperado pero correspondido, lamento desilusionarlos, sin embargo el confort en la primavera de mi vida se ha tornado mi costumbre y prefiero no salir de allí, me conformaré mirándola masticar con elegancia pulcra y dar sentencia final en cada bocado, el cual mataría a cualquiera en cualquier lugar, por ser yo quien llene su boca y en medio del tumulto escuchar su voz llena de una hospitalidad indecente, pues si, pudiese leer mi mente yo no volvería a poner un pie en esta universidad y me emociona, en equidad a varios sonidos los cuales me han emocionado en varias etapas de la vida, la campana del último periodo, el último día de clases del primer año de la escuela o el pitazo del primer gol que hice en la vida, esa voz roquete, provocadora que bien podría castigar mis tímpanos con unas “Buenas noches”, unos “Buenos días” o cualquier tipo gemido en medio de ellos; Fantasía nocturna y luego de una hora finaliza, la mitad del día.

Llega la tarde y el día lúgubre se hace de un bastón cuando llega el otoño de su vida, todos a las tres y pico de la tarde, necesitamos una ayudita para terminar la faena, un bastón, un té o la remembranza del aroma de un tueste robusto mañanero el cual ya no es nada confuso, el ir a casa es una máxima a seguir. No me da tiempo de verle, ni este o ningún otro día, el sol corre despavorido posando entre banderas para hacernos caer en cuenta que aunque carguemos una cámara nunca nos va a dar tiempo de tomar una imagen tan fiel como la que recuerdan en este preciso momento y detrás del sol voy yo agotado, caído cual maratonista luego de su luna de miel, deseando descansar pronto pero saciado en placer.

Ahora bien ese es un día común y corriente en mi vida me he acostumbrado y es fácil pues al fin verla bella es como un libro de cocina. “Agregar una cucharada de sal y marinar al gusto, repita por cinco días, deje descansar dos repita el proceso cincuenta y dos semanas”. Ya tiene una rutina.

septiembre 18, 2012

Dulces Sueños.



¿Cómo se atreve a desearme dulces sueños?
si vienen solos, sin un buenos días tuyo en la mañana
¡Ni pica leña, ni presta el hacha!

Desvergonzada, los dulces sueños, son tuyos y de tus ojos rubios
de las trenzas que de cuchillos que se entierran en mi frente
y calan hondo, en mi cráneo musculoso que bombea sangre sin voluntad alguna
más que la de tus trancos eternos sobre la alfombra de aire de mi tierra querida.

¡AY tierra mía! Si no te pido más que me la des verde y celeste, naranja con verde
Con el Fortín de fondo del alma nuestra y tenerla antes de soñar
para que sus deseos sean órdenes de muertos libres y no hincados
tener sus sueños dulces, sazonados con los míos llenos de azúcar y limón y leche condensada.

¿Dulces sueños quieres para mi?
Dámelos con cuchara grande y no goteros
que los quiero hechos atol, pero no con el dedo.

¡Dulces sueños!
¿Cómo se le ocurre?
Desventura la mía de verle almorzar pollo asado
cuando me tiene a mi para comer
y me masque con ansias...

¡Dulces sueños!
por mi cama puta y fría
que no la tiene en noches de hoy
pero en medios días de mañana.