diciembre 01, 2010

la escuche soplar esperanza

Al verla venir
sabia que traía insomnio
y cuatro jinetes ciegos y sordos
la mar se encoge a sus pasos
y desnuda mi cuidad
con arena entre sus dedos
soplando esperanza
en mi cuerpo de barro helado

un whisky, bien aferrado
entre cinco dedos
que bien podría verlos mutilados
reconocer su procedencia
sin haberla visto mucho
o estudiar su cuerpo claro
tendido en la arena
con las estrellas ínfimas de fondo.

¡Un huracán!

Un tifón
con fuerza ridícula
a su lado
avisan apenas
que un verbo suyo
quiebra mis noches
y danzan en la esperanza
lágrimas de felicidad pueriles
gritos ahogados con plumas blancas

Sentado en mi piel, de noche
la vi venir, la escuché por fin
por fin no dormí, la escuche hablar
aún cuando callaba.

Cuando su cuerpo encajo en otro puerto
todavía la escuchaba.

No podía dejar de desesperarme
solamente mi nada fue todo
y el tiempo recodo de un olivo enorme
cuando me desperté sin haber dormido
con el sol en la cara que se pintó de esperanza
fue recordar cuan lejos estaba.

La distancia no importó más

1 comentario:

Dragoman dijo...

se lo voy a robar!!! gracias de antemano