enero 21, 2008

Respuesta no solicitada.

Le respondo porque nos complicamos, no me ha pedido respuesta alguna, y aun no sé si es mi respuesta la que busca en su pared cibernética pero me molestan muy pocas cosas y lo poco que me molesta me molesta aún menos, así que acá va:

Nos complicamos porque al fin del cabo si no hay un nudo, ¿que podemos hacer?
Nada, un cabo de cuerda sin nudos no es nada, sin un enredo, una polea, una maraña de la misma, no se unen los dos elementos que se buscaba unir al principio, el fin de la existencia de un cabo de cuerda, y valga decir por más simple que sea el nudo es más complicado que el cabo sin enmarañar, ¿aplicable?

Bien eso lo dirán las dos palmeras de la hamaca (por decir algo) la funcionalidad, no es el propósito, pues la hamaca puede estar bien amarrada, hacida fervientemente a las palmeras, pero si nadie se acuesta en ella, esta bien en función pero el propósito echado a menos, aclarada la función, viene de caída el fin, ¿sirvió?

Puedo acostarme en la hamaca yo solo, ¿cumple con su razón de ser la hamaca, si yo quería acostarme con otra persona en ella? -NO, rotundo, para acostarme yo solo, la naturaleza me hubiese prestado una rama a cambio de una poda ocasional y meramente necesaria, un primo del árbol donde me posaría, hubiese sido sacrificado para mi voluntad de leer un libro y un par de cientos de empleados públicos y privados hubiesen tenido que ver en mi trueque monetario, sin mencionar el dependiente de la librería, ¿entonces?

Nos complicamos, por que es el orden de las cosas, lo sencillo no atrae a nadie, lo más simple de la vida, es tan complejo como postrarse en una hamaca con la mujer que siempre desearé en una hamaca y decirle a los ojos que la quiero como no se puede querer a alguien; un vals, llevó siglos desarrollar, tres pasos de baile, cuan ridículo, que un trovador reescriba, lo que alguna vez fue diversión, en una compleja historia, que nos conecta a terceros y cuartos, a nuestros más profundos deseos de amor o de humanidad y nos divorcia de lo que no sabemos que llevamos dentro, por culpa de segundos y de primeros, nos complicamos por que la marea es alta o baja y todos saben porqué, pero nadie lo explica, por su complejidad y que un lago no tenga marea, no es casualidad, es mera enseñanza, lo simple viene a morfar nuestra pasión en calistenia y lo complejo llama a la locura que encierran mis días en sus labios llenos de cualquier otra cosa que no sea de mi y no paro de complicar una situación que nunca fue destinada a ser simple, si no que la abrazo cada vez que puedo a las 11: 10 de la mañana, corriendo el riesgo de tener que pedir de vuelta el corazón que ella ya tiene. por eso y solo por eso nos complicamos.

enero 15, 2008

"Y dormía el gigante" (La Zurda III )

Seguí mi paso, como si no importase
El como, el donde, el cuando volver?
el misterio de las campanadas, se esfumó
fue tiritando, un mural desteñido
con cierto olor a verde, agresivo
cual campiña virgen y llena de ovejas
de cuernos largos y lana tosca.

Seguí caminando, con la frente más en alto
pensaba en no volver jamás
en decir "hola" al verla besándome
cual si fuera la primera vez
cual peluquería antes de barrerla
o el diario antes de tornarse cobija
y fue así que le susurré, con tinta y con sangre
-Yo te quiero...
mientras en un bullicio de vendaval
se dejó escuchar el destino en cuatro palabras:


-¡Y dormía el gigante!