Mi televisor no enciende, debato sobre su razón de existir, si no enciende no puede entretenerme, si no me entretiene, no sirve, si no sirve, no existe, concluyo luego de un arrebato de ira que estaba equivocado, después de una patada descalzo, la moléculas juntas de la sólida pantalla me prueban su existencia con un grito desolador de presencia, duele el pie y eso distrae la sangre de mi erección, ahora bien, se me olvida ella, hasta que la volví a nombrar ahora, hasta que vuelvo a escribir, luego de revisar cada falange y metatarso. todos completos, miro el reloj y soy testigo de un hecho maravilloso, el tiempo no se ha detenido, si caigo dormido en este instante podría dormir poco menos de cinco horas en total, lo he calculado con una pericia envidiable, imbécil, las mariposas no se calman,siguen dando vueltas. Me ponen de pie y en la cocina.
El refrigerador le da ese sentido de vacuidad a esa habitación se ha vuelto una costumbre, tengo ansias, como, debo matar tiempo, como, quiero comer, como, estoy leyendo y entre bocados se hace mas difícil seguir el hilo de la "maphia y las intermitencias de la muerte".Vuelvo a la cama, siempre ha sido mi mueble favorito, falta ella, vuelve rápidamente con astucia a mi mente, provee de un detalle gráfico que me provoca morderme el labio inferior, doy las gracias y batallo con la sabana de nuevo. fin del párrafo y mitad de la noche.
Los pensamientos apocalípticos y catastróficos no tardan en hacer presencia entre ellos imagino una falla en el fluido eléctrico, se acaba la música en la computadora y lo último que puedo ver es el destello en colores inversos de un botón de guardado que ya no está allí, me sentencia a una irresponsabilidad, me quedo quieto un momento, tratando de aislar el ruido que provoca mi mano tosca contra la sabana quien me ha dado guerra la noche entera, me permito el silencio solemne, profundo e interrumpido por una gota proveniente del grifo de la cocina, este golpea como un gong, lastima el tímpano es un golpe seco al pómulo derecho, se cierra el ojo y se llenan de sangre los parpados, la erección se disipa de nuevo, se dejan acariciar por tonos morados y verdes, no se puede ver el amanecer. Ella no viene más, no logré dormir.
1 comentario:
Mente Unica 👏
Publicar un comentario