mayo 22, 2007

Sentado

Sentado frente a la computadora (ordenador), estaba pensando en cantas veces había pensado en nada, ¿paradójico no?
Si, pensaba en ella, en sus lunares interminables, en que quería que las diez le cayeran por los hombros y se abriera de frente a la idea que tal vez yo bese mejor o que tal vez sea un susurro del destino que no lo haga, pensaba en su cabello y cuanto me gustaría irme a dormir con el abrigo puesto, solo por que la bendita miss clairol (aclaro no es publicidad, ni veracidad, es el único shampoo que se me ocurrió) le dio la gana que su esencia fuera tan transmisible como una mirada de su portadora. También pensé en cuan cerca podría estar de ser suyo todas las noches y casi todas las fiestas, abrazarla al ir a recogerla al trabajo cuando todo se aplaza en la luz roja de la esquina antes que amanezca en todo lugar menos en su cuerpo, que quiero no entender sus ojos y que discutamos con el sol en la cara y andar la mañana puesta con un beso fresco de vuelta al trabajo.
Pensé en que querría tal vez media tonelada de flores en su cumpleaños o una luna que la queme en las noches como sol de medio día, descomponiéndolo todo en finos trazos de lágrimas menos dolientes que las de su belleza, respirar el mismo aire que acaba de exhalar ella en medio de un beso tan avisado como un terremoto que pasó mientras un apagón nos puso alerta de cuanto deseo amarla, y todo esto lo pensé mientras me decía cuanto odio mi poesía y miren me, patético lográndole a la bandeja de entrada llena de solicitudes de amigos y cuanta gente nueva lee esta porquería y de ella nada por tanto pensé en cuantas veces había pasado noches enteras divagando, imaginando como huele su color claro y sus labios abundantes, y cuantas veces pensé en como todo perdía su luz cuando ella estaba presente, nada más pensaba en cuantas veces me había sentado aquí a pensar en ella, a pensar en nada.

No hay comentarios: