Como si no se hubiesen escondido las horas
el tiempo... tic...tac...tic... tac
tatuado en la cara de un segundero, irreverente
se encuentra la dicha de mi pena, que llora cantando
y canta sobre los tiempos viejos
y de recuerdos venideros, que no sabe si vendrán
malditas agujas que penetran la piel con orden eclesiástico!
-Marchen dije! que marchen. grita un suizo desamparado.
un cambio de guardia- Rápido, el zenit viene!
tarde maltrecha, con amor de crepúsculo sexual.
la ciclistica no se acaba nunca!- dice el político.
Puta, hay que ir a votar!-dice el ciclista
se fue barriendo la noche, porteando
y la vida oscureciendo, como si a nadie le importara
una pequeña caminata por la Sabana,
Menos si es en la tarde o en la mañana.
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