Porque odio los anonimos

Por que odio los anónimos, me digno a escribir un monologo con el fin de meterme un poco donde nunca he cabido, El agrado.

Mi nombre, es Felipe, sueño desde hace semanas con una mujer, que además de serlo, es una idea, las cuales tienden a ser eternas, mientras las mujeres son etéreas, una idea puede prevalecer siglos, como el amor, la revolución, la muerte hermosa y demás.

Mi apellido es Cordero, el de ella no importa, siquiera podría decir que me he enamorado, por que seria mentirle a mis lectores, que aunque ahora son pocos merecen más respeto que si fuesen millones, este es mi arte y tiene principio donde todo arte comienza en una idea, la mía el amor-desamor, que tiene una cara, pero sigue siendo una idea, sola en un abismo inmensurable de ternura, en una publicación de noche agonizante, en el único vestigio de lo que fue una vez la democracia, en donde cada quien dice lo que quiere y hace lo dice, ahhh que maravilloso invento este de la Internet, ¿no les parece?

O a poco no seria el equivalente moderno de escribir poesía en las paredes citadinas de cualquier esquina, si lo es y por que no, entonces "Para Eliza" fue silbada a la ventana de Eliza para oídos del mundo, o La canción desesperada no se recitó entre los matorrales de la mujer de turno de un Neruda, por que ellos no regalaron su arte a su idea, por que en mi delirio me siento tan cercano a su magnifica élite de artistas.

A decir verdad, no tengo idea de lo que estoy haciendo, simplemente, lanzo un grito donde sé que llegará, como un vals compuesto por mi idea,un vals que se lo dedico y no lo toco por que escribo para ella, ahora para la cara de marfil y su cabello liso que nunca se vio mejor como aquel viernes, cuando entre luz vespertina, medio escondía su cara de las lanzas oculares en la mía, (cabe bien decir que pude haber muerto en ese momento y ella ya había notado que la estaba viendo) por tanto he aquí otro trozo de papel a vista y paciencia del mundo, de otras lenguas y de otros colores, pero solo para ti, por que odio los anónimos y no me importa cuanto me cueste, más un favor te pido, esta vez dime gracias y no me digas cuanto te gustó, por que al fin es mi arte y al cabo en tu cara yacen mis ideas y en tus palabras, mis delirios.

Si sabes que es para un homenaje de risa y de sueño, no le pidas naranjas, ni limones al manzano,
di gracias si sabes que es para ti.